domingo, 28 de septiembre de 2008

Vida en movimiento

.-



Tengo un corazón que hace tiempo no desangra por nada. Cómo ha sido el tiempo que, al ratito de nacer, me enseñó que nada acaba. La mañana no empezaba aunque llovieran flores sobre mis dedos. Me lo ha confesado el río que se puede tocar bien si se sabe el instrumento.

Y yo ya encontré el mío; todos lo saben; vivo una vida en movimiento y no quiero detener

tantas palabras que germinaron entre tus besos y algún monólogo que dije o creí decir.

Tienes la gracia de trastornar un do, toda mi imperfección, siendo a tu sombra, se pone un poco linda y se puede disfrutar.

Como siempre, gracias!!

Guillermo

.-



Pensé: salvando las relatividades
a nosotros nos pasó casi lo mismo.
Aunque lo generacional

dibuje todo
con un barniz de nuevo,
ya se me nota en la cara que algo suyo adentro tengo.

Y se me notarán también alguna vez esas arrugas,
y también serán hechas con fuego de aventuras,
de vivir, de soñar vivir.

Nunca perdonaré a Roca lo del desierto
ni a los putos ingleses las Malvinas, mucho menos
al milico que le hizo sacar

la barba aquella vez para un tramiterío;
y en la barba que hoy yo le reflejo cuando nos vemos
se adivina el voto en contra

que él dio mucho antes que yo
hacia un viejo sistema
de hacer las cosas bien.

Gracias por escuchar tan aburrida,
esencial, egoísta manifestación
del orgullo que me da parecerme a él.

Y el destino va marcando a trenes
el mismo camino unos años después.
Y su vida se continúa en otras.
Toda su vida es un motor para mí.